Transcribimos un fragmento de la “Cantanta Sanmartiniana o El canto de San Martín”, creación de Leopoldo Marechal musicalizada por el maestro Julio Perceval. Fue estrenada en el Cerro de la Gloria (Mendoza), el 30 de diciembre de 1950. El entonces Presidente de la Nación, Juan Domingo Perón y su señora esposa Eva Duarte de Perón estuvieron presentes en el estreno. Las críticas fueron sumamente elogiosas. ![]() Ilustración de Antonio Berni
Fragmento El renunciamiento ¡Atención pido al silencio! ¡Silencio pido a las almas! Aquí dará San Martín su lección enamorada. Tres naciones redimidas por la gloria de sus armas ya le sonríen amores, ya le tejen alabanzas. El héroe llenó la copa Con el vino de su hazaña: La copa en su mano hierve, y lo convida la Fama. ¡Qué peligroso es el vino del triunfo, si nos embriaga! San Martín está en la hora en que luchan vino y alma. La Gloria lo está invitando con sus terribles palabras. “¡No te detengas -le dice-, no desampares las armas! ¡Halcón de la guerra, busca tu embriaguez en la batalla!” San Martín llenó la copa con el vino de su hazaña: es la hora de los héroes en que luchan vino y alma. Pero el Ángel ya le dicta su razón de oro y de plata: “San Martín -le dice el Ángel-, la hermosura de la espada vale menos que la rosa del Amor en la balanza!”. San Martín oyó las voces, y aquel flechero de Marte dejó el vino de la Gloria por el acíbar del Ángel. ¡Ay, los ejércitos lloran con sus llantos militares! Llorando están los guerreros, y lloran porque no saben. No saben que San Martín ha roto una dura cárcel y se aventura en el tiempo donde ríen las edades. ¡Adiós, brillo de las armas! ¡Adiós, clarines triunfales! ¡San Martín ha desertado la Gloria por el Romance! Llorando están los guerreros, y lloran porque no saben que más allá de su Gloria lo está esperando su Ángel. |